El diseñador Luidig Ochoa, hasta diciembre pasado, era muy poco conocido. Bastó que ideara un seriado de historias animadas que lleva por nombre “Cárcel o infierno” para que explotara su nombre en las redes sociales
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El diseñador Luidig Ochoa, hasta diciembre pasado, era muy poco conocido. Bastó que ideara un seriado de historias animadas que lleva por nombre “Cárcel o infierno” para que explotara su nombre en las redes sociales.
En Youtube su serie para adultos tiene más de 200 mil visitas. Cada exhibición mantiene pegados a la pantalla de las computadoras a sus fans, quienes lo apoyan a diario a través de su cuenta en Twitter @luidigalfo
La pregunta que muchos se hacen al descargar las historias de Ochoa es ¿Cómo sabe tanto de la prisión? La verdad es que él es un expresidiario. Conoce en detalle las paredes, olores y el movimiento de un preso dentro de un internado judicial.
Su rostro, además, le recuerda a su familia y a él que es un sobreviviente. Tiene tres tiros en la cara. La huellas son visibles.
Por eso se ganó el apodo de “Cara de muerto”. Compartió cárcel con su hermano Luis Alfonso, ya fallecido.
Sin embargo, apenas Ochoa recuperó su libertad, dijo ya basta.
Se refugió en su pareja a la que conoció cuando estaba privado de libertad. Recordó que desde niño le gustaba el dibujo.
Empezó a estudiar con tutoriales por Internet. Aprendió un
a técnica y desarrolló un estilo que es su huella.
A los pocos meses Luidig Ochoa encontró empleo en los canales Ávila TV y Venezolana de Televisión, así como en el Ministerio de Cultura. Comenzó a desarrollar campañas educativas como Venezuela mágica y otras contra el maltrato a la mujer y el problema con las drogas. Su discurso es crudo, pero deja muy claro que el mensaje es: “No a la violen
cia desde la realidad”
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